Saco una lata de Quilmes helada, me tiro en el living con la luz apagada y de pronto siento que cientos de buitres vuelan, sobrevuelan y revuelan en círculos, husmeando y buscando los restos de las ideas, de los sueños que deje abandonados en el desierto de mi mente cuando entendí tu silencio y comprendí que guardarlas ya no tenia sentido: se iban a pudrir junto con las rosas que no te envié.
gracias por tu comentario
ResponderBorrarSupongo que si ya estan abandonados, no importa que se los coman los buitres.
Ahora sólo queda, buscar nuevos sueños que cumplir, supongo
Un beso
No hay nada que hable mas que un silencio.
ResponderBorrarAbrazo y buena semana.
Hmmm, a veces es bueno envolverse un poco entre las alas de los buiteres...se comen la carroña, y de alguna forma debemos deshacernos de ella si queremos recomenzar...
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