Una impertinencia, o muchas. Porqué no te hartas de que te violen y resignas tu vientre al despojo? Porqué no tiemblas con toda tu fuerza y bramas con furia esa carne trémula? Porqué no te defiendes de estos cobardes que no son nada?
Bravo! Bravo! por esos que agitan sus puños saturados de tierras valiosas, llenas del oro y de la plata sabidos amantes que hasta hoy yacieron juntos en un eterno y prohibido amor de montaña. Loas por esa impotencia entonces. Bravo! por los otros que festejan estúpidamente la fuerza del agua contenida y todo eso que les dará tanto y cuanto por unos días. Hoy aplauden ridículos, orgullosos el paso negado. Bravo! por los que consumidores que morirán consumidos.