Manuel Namuncurá había heredado el mando de la confederación de tribus indígenas en manos del cacique Calfulcurá, abuelo de Ceferino, que en 1835 se había instalado en las Salinas Grandes (actual territorio pampeano), desde donde construyó la resistencia contra los embates del todavía precario Ejército Argentino. Muerto su padre, Manuel Namuncurá tuvo que enfrentar un contingente bélico mejor preparado que el de su antecesor, y no pasó mucho tiempo antes de que ofreciera su rendición. Sin embargo, Namuncurá no cedió su territorio por nada: a cambio de su retirada negoció una pensión vitalicia, tierras en las riberas del Río Negro, y el rango de coronel del ejército argentino. De entre todas las promesas, lo único que obtuvo fue el traje y una fotografía en el Archivo General de la Nación.
El cacique Manuel Namuncurá, con uniforme de coronel, junto a sus hijos Julián (izquierda) y Ceferino (derecha), 1905. Archivo General de la Nación
Me gustó el blog. Especialmente el post de Dracula-Lugosi.
ResponderBorrarVoy a pasar seguido.
Saludos.
Gracias por pasarte por mi espacio de búsquedas, alternativas y desencuentros... gracias por tu felicitación.
ResponderBorrarMuy interesante conocer esta parte de la historia del nuevo beato... ¿y a honras de que la elevación a los altares?. No tengo mucha información, te agradecería me compartieras al respecto.
Un Abrazo
Gracias por tú visita
ResponderBorrarNo sabía donde comentar si en este blog o en el otro que aparece en tú perfil, pero este me ha gustado más, jajajajaja
Preciosa la foto de la pantera.
Un saludo
Como a muchos indígenas en América Latina...o se les exterminó, o se les prometió algo que nunca llegó más allá de la marginación...
ResponderBorrarNo conozco la historia de el "coronel" Namuncurá ni del santo.
ResponderBorrarAlgo de tristeza me da verlo con ese disfraz.
Besos y promesas
Hola!
ResponderBorrarpapi
te quiero muchooo
pasa por mi blog
www.masqueanimales.blogspot.com
te quiero
te mando un beso y te extraño
voy a pasar mas seguidoo
TKM
Ç0T&♥
Nuestra identidad, así somos, aunque a veces no queremos ver.
ResponderBorrarAy! de nuestros ojos que no se detienen en nuestras raices.
Abrazos del alma.
Pd. Y si...brindemos. :?