"¿Eres hombre y te agarró el “viejazo”? Entonces, esta nota es para ti…" Por respeto inmerecido a su editor, he de formular algunas consideraciones entre paréntesis sobre el artículo que a continuación transcribo navega hoy en Internet.Ahí voy: Si tiene usted entre los 38 y los 44 años de edad (me rindo, qué perspicaz eres: tengo 39, 40, 41, 42 ó 43 años) y es usted del sexo masculino entonces seguramente un día al levantarse de pronto empieza a sentirse confundido (por suerte aún cuando me despierto muchas veces algo de mí ya lo está, jejeje) y nada le satisface (“nada” es muy absoluto, no seamos tremendistas!).
A su pareja la ve como una persona extraña (es que a veces no es tan pareja mi pareja), se torna irritable, siente insatisfacción con su vida personal y con su trabajo (todo eso se refiere a ella o a mi?), los hijos pareciera que pasan a segundo término (obviamente que los míos no, los de ella sí!), afortunadamente (y eso es fortuna?) muchos continúan siendo responsables con los hijos, sin embargo un gran número de hombres dejan de cumplir con la parte de proveedor (puede ser, me robaron la camioneta de reparto y dejé el oficio, qué inseguridad!), hay alejamiento de la pareja (turra! me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero), y de los hijos (tus hijos no son tus hijos - Khalil Gibran-), vuelven la vista hacia algo pero no hay respuesta alguna (perdón, no mezclemos: volver la vista es para rever; en tanto que responder responde a preguntar!), el trabajo tiene poca importancia (la tuvo alguna vez?), no importa cuanto esfuerzo haya realizado para alcanzar el nivel de vida hasta ese momento (la altura del nivel la nivelo yo, si me conviene).
Los problemas con la pareja van en aumento (como los precios!), así como las peleas sin causa justificada, los reclamos, la falta de comunicación (para todo eso quejate Defensa al Consumidor!), y si hay antecedentes de una relación de pareja endeble también puede ser un fuerte detonante para una separación (mamá tenía razón: "esa chica no te conviene, es muy puta!").
La segunda vuelta es frecuente en esta edad (graciosamente "ballotage", pero nos queda otra: la tercera es la vencida), es decir aparece una segunda pareja y pude llegar a consolidarse la misma apareciendo una segunda familia (repeat after me). La fiebre de los cuarenta afecta a todos los estratos sociales no importa la formación académica o religión o nacionalidad, incluso en las culturas alejadas y pequeños grupos también les afecta (inevitablemente todos los que tuvimos 39 años tendremos 40 –restando aquellos que por llevare la contra nomás y por un centenar de causas propias o ajenas, deciden darse de baja en esta vida).
Como es natural (es decir, sin conservantes), dependiendo de las herramientas que posea cada individuo (o sea, una cuestión técnica) será la forma en que lo enfrente (cuando desde esta vereda no sea posible).
La duración es muy variable (fijate siempre la fecha de vencimiento) y las cicatrices que ello deje tienen mucho que ver con las herramientas que el individuo posea (obviamente si utilizas elementos cortantes la consecuencia son heridas) así como las bases (Alberdi siempre estuvo cerca) con las que se haya formado la pareja.
A su pareja la ve como una persona extraña (es que a veces no es tan pareja mi pareja), se torna irritable, siente insatisfacción con su vida personal y con su trabajo (todo eso se refiere a ella o a mi?), los hijos pareciera que pasan a segundo término (obviamente que los míos no, los de ella sí!), afortunadamente (y eso es fortuna?) muchos continúan siendo responsables con los hijos, sin embargo un gran número de hombres dejan de cumplir con la parte de proveedor (puede ser, me robaron la camioneta de reparto y dejé el oficio, qué inseguridad!), hay alejamiento de la pareja (turra! me dejaste la ceniza y te llevaste el cenicero), y de los hijos (tus hijos no son tus hijos - Khalil Gibran-), vuelven la vista hacia algo pero no hay respuesta alguna (perdón, no mezclemos: volver la vista es para rever; en tanto que responder responde a preguntar!), el trabajo tiene poca importancia (la tuvo alguna vez?), no importa cuanto esfuerzo haya realizado para alcanzar el nivel de vida hasta ese momento (la altura del nivel la nivelo yo, si me conviene).
Los problemas con la pareja van en aumento (como los precios!), así como las peleas sin causa justificada, los reclamos, la falta de comunicación (para todo eso quejate Defensa al Consumidor!), y si hay antecedentes de una relación de pareja endeble también puede ser un fuerte detonante para una separación (mamá tenía razón: "esa chica no te conviene, es muy puta!").
La segunda vuelta es frecuente en esta edad (graciosamente "ballotage", pero nos queda otra: la tercera es la vencida), es decir aparece una segunda pareja y pude llegar a consolidarse la misma apareciendo una segunda familia (repeat after me). La fiebre de los cuarenta afecta a todos los estratos sociales no importa la formación académica o religión o nacionalidad, incluso en las culturas alejadas y pequeños grupos también les afecta (inevitablemente todos los que tuvimos 39 años tendremos 40 –restando aquellos que por llevare la contra nomás y por un centenar de causas propias o ajenas, deciden darse de baja en esta vida).
Como es natural (es decir, sin conservantes), dependiendo de las herramientas que posea cada individuo (o sea, una cuestión técnica) será la forma en que lo enfrente (cuando desde esta vereda no sea posible).
La duración es muy variable (fijate siempre la fecha de vencimiento) y las cicatrices que ello deje tienen mucho que ver con las herramientas que el individuo posea (obviamente si utilizas elementos cortantes la consecuencia son heridas) así como las bases (Alberdi siempre estuvo cerca) con las que se haya formado la pareja.
De quién están hablando?¿......pasan estas cosas?¿
ResponderBorrarP-J: la verdad que no se ! estoy buscando alguien que haya llegado a esa edad para que me lo cuente: asi no vale la pena seguir: PUM !
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