El único castigo eterno es sobrevivir a los hijos, quien haya tocado ese fondo sabe lo que se siente.
En todos los demás caso qué terrible y que placentero a la vez es sobrevivir: el goce de caminar borracho por la cornisa, aplastar sin piedad el acelerador del auto, provocar el estallido de bochos malolientes, mutar sin reparos el maldito esquema del Rey, volar a pedazos la via del tren de la rutina, parir serpientes cuando las ovejas duermen, reir por los que no lloraron cuando dejaste de existir.
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí resucitando.
Pero si estoy a la desgracia
y la mano con puñal
por qué mató tan mal,
y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces me borraron,
tantas desparecí,
a mi propio entierro fui solo y llorando;
hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
cuántas noches pasarás desesperando.
Y a la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará para ir cantando.
Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.
Qué terrible esa imagen...
ResponderBorrarSepa disculpar, amigo. Esta vez no puedo hacer chistes...
ResponderBorrarDios la foto edipo... sin palabras. Un beso
ResponderBorrarDurísimo.
ResponderBorrar