Estoy construyendo pasajes autobiográficos meta pluma de ganso, plegándolos, ensartándolos en botella de leche Cotar (mis coterráneos sabrán de qué hablo) y arrojándolos al río marrón; como eso no da seguridad de que lo lea nadie, más que nada porque esas botellas nunca garantizaron ni higiene, ni seguridad -aún cuando servían para envasar el lácteo suero-ni mucho menos pasteurización. Por eso es que gracias a no sé quién desde un tiempo a esta parte uso el blog, la bitácora o como quiera que se llame este mensaje al ciberespacio. Durante años (34 exactamente) supe gozar de un bonito tumor que los sabios de la medicina neurocirujana llamaron cuando lo conocieron personalmente -extirpación y patología de por medio - "Astrocitoma". Tres años antes un aparatazo para resonancias magnéticas nucleares nos había presentado: fui por un problema y me compré (o me regalaron, mejor dicho otro). Un recondito tumor cerebeloso, estratégicamente ubicado entre mi cerebro y mi cerebelo, cómodo él, por cuanto nunca se esforzó en llamar la atención: asintomático que le dicen. La cuestión que si era una bombita de tiempo, nadie lo sabía a ciencia cierta, pero que no debía estar ahí todos de una forma u otra coincidíamos: ponerme de acuerdo conmigo mismo y decidirme a poner la cabeza, literalmente, me costó 10 horas de cirugía, 3 días de terapia intensiva, 2 meses de internación, casi 2 años de rehabilitación: pero acá estoy para contarla: porque muchos hicieron fuerza por mí: a todos ellos les estoy muy agradecido por siempre. A partir de allí la vida no fue igual: fue distinta. Muchas cosas se replantean, muchos valores, principios, conductas, recuerdos, actos y omisiones, pasados y futuros. Mucho no? Así fue desde entonces, no se si está bien: está, que es lo principal. Nunca desde entonces me bajé de las ganas de saber más de este tumorcito amigo. Hoy internet me cuenta lo siguiente: Los astrocitomas son tumores que comienzan en células cerebrales denominadas astrocitos. Los astrocitomas cerebrales se forman en la zona del cerebro que lleva el mismo nombre de este órgano. El cerebro, el cual se encuentra localizado en la parte superior de la cabeza, es la sección más grande de este órgano. Sus funciones incluyen el control del pensamiento, el aprendizaje, la solución de problemas, el habla, las emociones, la lectura, la escritura y el movimiento voluntario. El astrocitoma anaplásico y el glioblastoma multiforme son, desafortunadamente, las variantes más malignas y frecuentes de los tumores astrocíticos, con el 30 y 50 % de presentación respectivamente. Los esfuerzos terapéuticos empleados durante años para mejorar la calidad de vida y la supervivencia de estos enfermos han sido múltiples, pero pese al denuedo de científicos y profesionales del tema, el tiempo de sobrevida de los pacientes con diagnóstico de gliomas astrocíticos de alta malignidad es corto. Estas lesiones son generalmente incurables, y dentro de los primeros 2 años después del diagnóstico, el 90 % de los pacientes ha fallecido. Motivados por conocer la posible influencia de diferentes factores en el tiempo de supervivencia de los pacientes con diagnóstico de gliomas astrocíticos de alta malignidad, decidimos estudiar estos 67 enfermos, para intentar de alguna forma contribuir a mitigar el dolor y la desesperanza que nos crea tratar a un paciente con un tumor maligno del SNC. (Revista Cubana de Cirugía, ISSN 0034-7493 versión on-line).
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