En la mitología griega, Dioniso o Dionisos (Διoνισo), era el dios del vino y el exceso, hijo de Zeus y de la mortal Sémele, hija de Cadmo. Según la leyenda, fue él quien enseñó a los hombres a cultivar la vid y a fabricar el vino. Como símbolo de su divinidad empuñaba el tirso, cetro cubierto de hojas de hiedra o vid, y se le asociaba simbólicamente al burro.
La fábula de su nacimiento cuenta que estando embarazada Sémele de seis meses, la celosa Hera, esposa de Zeus, disfrazada de anciana la convenció para que pidiera a su amante que le mostrara su verdadera naturaleza. Al pedírselo a Zeus, sin embargo, éste se no accedió, negándole entonces ella sus favores en tanto no accediera. Zeus, lleno de ira, se transformó en rayo y consumió a su amante pero antes Hermes consiguió salvar al niño cosiéndolo al muslo de Zeus y asistió al parto al cabo de tres meses. Es por esta razón por la que se conoce a Dioniso como «el dios nacido dos veces».
Moría cada invierno y resucitaba en la primavera y con él renacían también los frutos de la tierra. Para celebrar esta resurrección se organizaban grandes fiestas de rituales orgiásticos que agradaban mucho al dios. Los actos eran muchos y variados y con el tiempo se incluyó también una competición de obras dramáticas cuya sede era la ciudad griega de Atenas. Esta competición se llevaba a cabo durante cinco días en la primavera. Grandes dramaturgos griegos como Esquilo, Sófocles y Eurípides escribieron obras para estas fiestas que eran preservadas en el archivo del templo de Dioniso.
Popularmente Dioniso representa la emoción y el caos, características que contrastaban con las de Apolo, dios del sol, que representaba la armonía, el orden y la razón. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco, analizados por Nietzsche en El origen de la tragedia. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. En el tímpano del oeste del gran templo de Delfos se esculpió el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dioniso. Este culto era una religión mistérica con un aspecto público y otro interior, reservado para los iniciados. (fuente: http://enciclopedia.us.es/index.php/Dioniso).
La fábula de su nacimiento cuenta que estando embarazada Sémele de seis meses, la celosa Hera, esposa de Zeus, disfrazada de anciana la convenció para que pidiera a su amante que le mostrara su verdadera naturaleza. Al pedírselo a Zeus, sin embargo, éste se no accedió, negándole entonces ella sus favores en tanto no accediera. Zeus, lleno de ira, se transformó en rayo y consumió a su amante pero antes Hermes consiguió salvar al niño cosiéndolo al muslo de Zeus y asistió al parto al cabo de tres meses. Es por esta razón por la que se conoce a Dioniso como «el dios nacido dos veces».
Moría cada invierno y resucitaba en la primavera y con él renacían también los frutos de la tierra. Para celebrar esta resurrección se organizaban grandes fiestas de rituales orgiásticos que agradaban mucho al dios. Los actos eran muchos y variados y con el tiempo se incluyó también una competición de obras dramáticas cuya sede era la ciudad griega de Atenas. Esta competición se llevaba a cabo durante cinco días en la primavera. Grandes dramaturgos griegos como Esquilo, Sófocles y Eurípides escribieron obras para estas fiestas que eran preservadas en el archivo del templo de Dioniso.
Popularmente Dioniso representa la emoción y el caos, características que contrastaban con las de Apolo, dios del sol, que representaba la armonía, el orden y la razón. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco, analizados por Nietzsche en El origen de la tragedia. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. En el tímpano del oeste del gran templo de Delfos se esculpió el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dioniso. Este culto era una religión mistérica con un aspecto público y otro interior, reservado para los iniciados. (fuente: http://enciclopedia.us.es/index.php/Dioniso).
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