
Hace 50 años comenzaba a publicarse El Eternauta, la más célebre historieta de la Argentina y una de las más influyentes de la historia. El inigualable talento narrativo de Héctor Germán Oesterheld y los dibujos cálidos y realistas de Francisco Solano López se habían unido para dar cuerpo a un relato memorable, que sentaría un precedente en el mundo y que, con un trasfondo Histórico-Ideológico, trascendería las fronteras del género.

Las primeras páginas de la historieta se publicaron en una revista semanal –del propio Oesterheld- llamada Hora Cero el 4 de septiembre de 1957 y bajo el título: Una cita con el futuro: El Eternauta, memorias de un navegante del porvenir. Instantáneamente se convirtió en un éxito; y durante más de cien entregas (de tres a cinco paginas cada una) y casi dos años, la publicación mantuvo expectantes a sus seguidores.
Los entendidos del tema, y los lectores más fervientes sostienen que fue esa historieta, en si misma, El Eternauta. Lo que vino después... fue sólo un anexo.
A lo largo de los años, se han editado múltiples historias que ¿continúan? a la original editada entre 1957 y 1959. Inmediatamente después de la primera parte, existió la intención de realizar una segunda, pero Francisco Solano López solo tenía en mente viajar a Europa para hacer experiencia y, por otro lado, la editorial iba rumbo a la quiebra. Pocos años después, Oesterheld publicó su historia en forma de novela y en 1969, junto al dibujante Alberto Breccia hizo una reversión de la historieta con un carácter político más fuerte, acorde con la radicalización de sus posturas políticas en ese tiempo, y la publicó semanalmente en la revista Gente. Fue desaprobada por el público, por los directivos de la revista y por el gobierno, y debió acelerar su conclusión. En 1976, desde la clandestinidad, y otra vez con la colaboración de López escribió El Eternauta II. El autor había cambiado –ya participaba activamente en Montoneros- y en consecuencia, el personaje también lo haría: En esta nueva entrega, Juan Salvo regresaba a la tierra en el siglo XXII para seguir combatiendo a los Ellos; pero ahora como un líder duro, capaz de sacrificar a muchos de los suyos con tal de vencer a su enemigo. “Héctor tomó el Eternauta como una herramienta de militancia. Yo cuestioné mucho esto, porque no me consultó. Vi que estaba haciendo propaganda por la lucha armada. Y yo no estaba de acuerdo. Tampoco estaba de acuerdo con los militares, pero entre los militares y los montoneros, en el medio, había unos cuantos millones de personas” contó alguna vez, Solano.

Fragmento del “ELOGIO DE LA RESISTENCIA” de Leandro Seoane (www.codigoretro.com.ar)
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