Los fríos de Junius no pueden con algunos fuegos que encendió Mefisto en los Idus marzianos. Ya la paz otoñal hizo su intento y huyó avergonzada dejando caer su manto de impotencia.
Nadie teme que los frecuentes visos húmedos siquiera turben su intensidad: porque es alabanza de los fieles ofrendar el sudor de sus cuerpos.
Loas al que arrastra las brasas y se consume eternamente sin agotarse nunca. Arde sin más y condena: Julius será la estiba de muchos y mes de sol. Y fue así que el Toblerone (amargo y suizo) se escurrió en las fauces impías como magma.
Viva Julius, que derritira algo más que Toblerones amargos, cuando los fieles comiencen los rituales, sagrados donde ofrenden los sudores de sus cuerpos.
ResponderBorrarMe encanta esa descripción tuya del comienzo del verano.
PD
En cuanto a los diagnósticos de locura o cordura...hay un refrán en mi vieja tierra...Dios lo cría, ellos se juntan JAJAJAJA
y hablando de locuras, pasa por mi nuevo post, que una triste locura relata.
Besos Gizz
p
Buen provecho!!!
ResponderBorrarEL EFECTO CUCHARITA NOS MANTIENE APEGADOS POR ESE MAGNETISMO ENTRE ALMAS, ALGUNA VEZ SINTIERON ALGO ASI CON ALGUIEN A QUIEN NO CONOCEN, DIRAN ALGUNOS QUE ES UN DARMA DE OTRAS VIDAS O QUE ES ESO QUE DEFINEN COMO ALMAS GEMELAS ...BLA BLA BLA... LO CIERTO ES QUE NO HAY NADA MAS LINDO QUE HACER EFECTO CUCHARITA CON LA PERSONA QUE VOS ESTAS PLENO... DE LO CONTRARIO BIEN SE LAME SOLO EL PERRO....WINEFRIEND
ResponderBorrarSabe lo que ocurre? Que las cucharitas son adictivas, y peor si se trata de personas con tendecias obsesivas.
ResponderBorrarPD: Que rico el Toblerone!!!
(Insisto: No seas canuto: CONVIDA!!!)
Un poema de Gil de Biedma
ResponderBorrarNOCHES DEL MES DE JUNIO
A Luis Cernuda
Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,
casi borrosas, de mi adolescencia
(era en mil novecientos me parece
cuarenta y nueve)
porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,
nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.
Eran las noches incurables
y la calentura.
Las altas horas de estudiante solo
y el libro intempestivo
junto al balcón abierto de par en par (la calle
recién regada desaparecía
abajo, entre el follaje iluminado)
sin un alma que llevar a la boca.
Cuántas veces me acuerdo
de vosotras, lejanas
noches del mes de junio, cuántas veces
me saltaron las lágrimas, las lágrimas
por ser más que un hombre, cuánto quise
morir
o soñé con venderme al diablo,
que nunca me escuchó.
Pero también
la vida nos sujeta porque precisamente
no es como la esperábamos.
Jaime Gil de Biedma
Gize: antes de padecer el efecto cucharita he andado descalzo por el filo del cuchillo e hincado la mieles del inicio con el tenedor.
ResponderBorrarDondelohabredejado: sere receptivo del dedicado provecho cuando el efecto muestre sus tragicas consecuencias. Grs por tu pase por aqui.
ResponderBorrarWineFriend: una coleccion de cucharitas no puede contra la cucharita y no siempre es cuestion de suerte. Grs por tu comentario
ResponderBorrarLau: adiccion obsesion acto potencia consecuencia o verdad; no me referia a un chocolate si eso suponias sino al surco de Tiscal durante el solsticio.
ResponderBorrarMiloah voy a apuntar ese autor para considerar su obra. Gracias por tu aporte
ResponderBorrarA que????
ResponderBorrarMagicus Julius Cesaius...
ResponderBorrarEl imperio sigue vivo en tí...
Lau: ruinas circulares, JLB; vuelo
ResponderBorraralgún 21 de junio quiero estar en Stonehenge y quedarme la noche en vela para ver el amanecer del solsticio y comer toblerone mientras tanto ¡es una magnífica idea!
ResponderBorrarLucy: y porque no un atardecer en el Lago Lácar?
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